Cómo trabajar desde casa sin volverse loco


Trabajar desde casa es, para algunos, la solución perfecta (por ejemplo, para conciliar la vida laboral y familiar o para llevar a cabo varios proyectos de forma simultánea) y, para otros, un resultado involuntario de su búsqueda de empleo o una situación temporal.
Es innegable que ser productivo en casa tiene algunas dificultades añadidas con respecto a serlo en una oficina. Ese es el motivo de que muchos estudiantes llenen las bibliotecas antes de las pruebas de Selectividad y durante sus cursos académicos: en casa no se concentran igual.
En casi todos los casos, la euforia inicial ante las ventajas de esa situación (libertad de horarios, comodidad, ahorro del tiempo empleado en desplazamientos, etc) se ve rebajada por el descubrimiento de las desventajas: falta de concentración, interrupciones, monotonía, carencia de contacto con otras personas, necesidad de un cambio de aires…
Hay algunos trucos para que trabajar desde casa sea más llevadero, tanto si eres de los que tienen intención de mantener esa situación en el tiempo como si eres una víctima pasajera de las circunstancias. Estos consejos sirven para ser más productivo pero, sobre todo, más feliz mientras se trabaja en casa; y pueden valer también, por ejemplo, para quien esté buscando empleo, escribiendo un libro o gestando un proyecto empresarial.

1. Distingue los espacios en casa
Si tienes una mesa alta para el ordenador, intenta no trabajar desde la cama o el sofá. De lo contrario, tu casa al completo se convertirá en tu oficina y no tendrás dentro de la misma ningún rincón para desconectar. Distinguir el espacio de trabajo es crucial para ser más productivo y aprovechar más tu tiempo de descanso. Si no, el trabajo se convierte en un compañero de piso detestable que no respeta tu privacidad. Y recuerda que, en el rincón que conviertas en tu “oficina”, debes estar cómodo pero no demasiado si no quieres “apalancarte”.


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