La biblioteca Ramón J. Sender celebra su once aniversario con la recepción de 1.000 cómics


La biblioteca Ramón J. Sender de Huesca, integrada en el Centro Cívico Santiago Escartín Otín, celebra estos días los actos de su XI Aniversario, en el que ha recibido un regalo muy especial. Nada menos que 1.000 comics, 600 de los cuales ya se han catalogado para formar una ‘comicteca’ que fue inaugurada ayer. Se trata de la colección privada del oscense José María Artero, quien ha decidido donarlos, no “sin dejar escapar una lagrimilla”, al no poder alojarlos en su domicilio. “Llega un día en el que te vas de casa y no cuentas con espacio en tu nuevo domicilio y tus padres te advierten, ‘hijo que se nos va a hundir el piso’”, comenta divertido José María Artero. No quería deshacerse de ellos, por lo que decidió que sería mejor “que todo el mundo pudiera disfrutar de ellos. Y de este modo, además, lo podría seguir leyendo”. 

Espera, de este modo, que este género literario pueda llegar así a más personas. “El cómic no es un género muy valorado, como pueden ser el cine o la literatura y sin embargo, en mi opinión, es tan importante como lo son el resto de las artes”, asegura Artero. En su colección se puede encontrar de todo, desde clásicos como ‘Maus’ a la obra ‘underground’ de Daniel Clowes, pasando por colecciones enteras como la del personaje belga ‘Gastón el gafe’. “La verdad es que no me arrepiento, se trata de una colección que volvería a hacer y que espero que aquí se puede acercar al público en general, y que sea un fondo que se pueda mantener y con el tiempo, ampliar”, es su deseo.

La nueva colección fue el objeto la tarde del miércoles de una mesa redonda en la que participaron varios expertos del mundo del cómic: el crítico Juan Royo, los autores Mamen Moreu y Bernardo Vergara y el editor Óscar Senar, de la revista Thermozero Cómics. “En las bibliotecas siempre ha habido cómics, pero se trataba más bien de colecciones completas como las de Astérix o Tintín o algún Mortadelo y para ya de contar”, aseguró. “Ahora, sin embargo, cada vez está cobrando más espacio, la gente lo ve en las estanterías, lo leen, lo compran y le van perdiendo el miedo, aunque todavía no se lee tanto como si fuese, por ejemplo, un periódico”, añadió Senar. 


Seguir leyendo en Heraldo.es

Comentarios