El rostro más transgresor del desertor Paul Grappe




Los trazos de Chloé Cruchaudet te llevan al trauma de la guerra, al travestismo, la homosexualidad, los cambios de género, la virilidad, la violencia en el matrimonio y la complejidad del amor. En ocasiones, con sus ilustraciones te embarga la ternura, pero otras la crudeza de la historia te envuelve y sorprende. Degenerado (Dibbuks), una novela gráfica de 160 páginas, en el que la autora ha invertido tiempo y litros de tinta china para crear a los distintos personajes que acompañan a los protagonistas de esta dramática aventura: Paul Grappe y Louise Landy. "Al partir de hechos reales he tenido que documentarme y poder distanciarme de ellos para dibujar y narrar desde el ritmo que me marcaban", señala la artista en el Salón del Cómic de Barcelona al que asiste con su último trabajo.
Cuando Chlóé Cruchaudet (Lyon, 1976) descubrió la historia de esta pareja sabía que tenía que contarla con sus dibujos y de forma muy diferente a sus trabajos anteriores. "Voy cambiando de estilo dependiendo de la historia que quiero abordar. Hay autores que lo tienen muy claro, encuentran pronto una vía de trabajo. A mí me ocurre lo contrario, a medida que voy madurando soy más consciente de lo me gusta dibujar y leer. Cada vez mis trazos me producen mayor placer y es algo que también percibe el lector", puntualiza la ilustradora. Con esta novela gráfica ha logrado varios galardones, entre ellos el Premio del Público del Festival de Angulema 2014, y en seis meses ha vendido 50.000 ejemplares en Francia.


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