Un plan de ayudas a las librerías... sin partida económica



La propuesta pasó casi desapercibida. Se votó un mal día: el 11 de junio, el mismo en el que se debatía también la abdicación del rey Juan Carlos. Y sin embargo, aquella fecha era clave para el gremio de libreros. Chesús Yuste, diputado de la Chunta Aragonesista y portavoz de Izquierda Plural, presentaba una proposición no de ley de ayuda a las librerías en la Comisión de Cultura del Congreso. Después de varias negociaciones fue aprobada por unanimidad. Eso sí, no salieron adelante las propuestas de ayudas económicas por las enmiendas del Partido Popular. Su portavoz, María Ascensión Figueres, recalcó que en el "momento actual" resultaba "muy difícil" la creación de una línea nueva del ICO, y que el problema de las librerías no procedía de la crisis “sino de la piratería”.
Sin embargo, las librerías –en la actualidad existen 1.600 en todo el territorio- saben muy bien lo que está ocurriendo, como han contado varios libreros a  eldiario.es. “Desde el gremio de libreros se han contabilizado las pérdidas desde 2008 en un 40% y nosotros lo ratificamos”, apunta Eva Cosculluela, de Portadores de sueños, en Zaragoza. “Este año es peor que el pasado. Dicen que vamos arriba, pero no. En la Feria de Santander se vendió más, pero las cosas no van nada bien”, apostilla Paz Gil, de la librería Gil de Santander.
“Estamos peor, y la Feria del Libro de Madrid también ha sido peor. Llevamos años difíciles”, confirma Santiago Palacios, de Sin Tarima, en Madrid. A estos datos se suman cierres, como el reciente de El Pequeño Teatro de Los libros, en Zaragoza o ERES. Hoy existe un 14% más de establecimientos que venden libros que hace diez años, pero hay muchas microlibrerías y espacios que funcionan gracias a la conversión hacia otros negocios, como un bar, talleres o presentaciones. “Y en algunas librerías se ha quedado sólo su dueño porque no puede más”, añade Cosculluela.
Estas fueron las razones de fondo para que el diputado Yuste presentara su propuesta en el Congreso. Amigo de los libreros de Portadores de Sueños, Eva y Félix, hace seis meses comenzaron a hablar sobre la situación y Yuste decidió redactar una ambiciosa propuesta que incluía puntos como un sello de calidad para las librerías, que les proporcionara  exenciones fiscales, desarrollar una Ley del Libro para que las compras de los libros se lleven a cabo a través de estos espacios y que no haya competencia desleal con las editoriales (para los libros de texto, por ejemplo), que se cumpla la Ley de Precio Fijo, una línea de crédito ICO especial para librerías, y que se considere a la librería como un espacio cultural más allá del comercial.  Todas salieron adelante menos lo relativo a cualquier subvención.

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