Moebius fue el pseudónimo con el que se hizo célebre, pero bajo este alias está Jean Giraud, el dibujante e historietista francés creador de El Teniente Blueberry en 1964 y que revolucionó el cómic de ciencia ficción de los 70 y los 80 con títulos como El garaje hermético (1976-1979) o El Incal(1980).
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Jean Giraud, Gir o Moebius –este último su alias más conocido– (8 de mayo de 1938 – 10 de marzo de 2012) se crió en Nogent-sur-Marne, un suburbio de París. Su gusto por la ilustración le llegó en casa de sus abuelos, donde contemplaba una serie de láminas decimonónicas titulada La vuelta al mundo cuando estaba enfermo. En el colegio se aficionó a dibujar historietas. Con 16 años su madre se casó con un mexicano y los tres se marcharon a vivir a México. El joven Moebius descubrió allí el «sexo, drogas y rock & roll» comomodus vivendi. La pintura, el jazz moderno y la marihuana le acompañaban en su día a día.
A su vuelta a Francia, realiza el servicio militar y se forma en la École Nationale Supérieure des Arts Appliqués et des Métiers d’Art de París. Allí conoce al también dibujante Jean-Claude Mézières. En su segundo año, Moebius ve publicada su primera historieta en la revista Coeurs Vaillants.
Sus inicios profesionales empezaron dibujando la serie Frank et Jeremie, para la revista Far West. Desde 1961, trabaja como aprendiz de Jijé, uno de los grandes maestros de la historieta franco-belga. Con Jijé colaboró en la realización de un álbum de Jerry Spring. Su éxito como dibujante no llegó hasta 1964, año en el que se publica el western El Teniente Blueberry, con guión de Jean-Michel Charlier. Esta primera entrega se publicó en la revista Pilote, dirigida desde 1963 por René Goscinny quien la abrió a nuevos contenidos y experimentaciones gráficas.
Durante unos años, Giraud leyó exclusivamente ciencia ficción. Cuando comenzó a trabajar para la revista Hara-Kiri adoptó el seudónimo Moebius, un alias que tomó del astrónomo y matemático alemán August Möbius. Sobre este aspecto, él mismo comentó en una entrevista para larevista Totem: «no tanto para ocultarme como para inventar algo sobre mí mismo que fuera más allá de mí mismo. Moebius no está detrás, sigue una existencia paralela a la mía».
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