10 reglas de oro para un buen portafolio impreso o digital


#1 ELIGE POCO Y BIEN

Sé realista a la hora de seleccionar el trabajo que vayas a mostrar. Tiene que tener la misma temática de la empresa en la que estás interesado, es decir, si ellos se dedican al libro de texto, al álbum ilustrado, a primeros lectores, cómic, etc tienes que tenerlo en cuenta para mostrarles solo ilustraciones que encajen en eso.

Además es mejor que les muestres pocas ilustraciones pero bien seleccionadas, es decir, tus mejores trabajos, porque todos sabemos la cantidad de portafolios que tienen que ver y el poco tiempo del que disponen. Así que aunque cueste, hay que elegir.

#2 MUESTRA UN ESTILO HOMOGÉNEO Y RECONOCIBLE

Otro factor que nos tiene que condicionar a la hora de seleccionar las ilustraciones que vamos a mostrar, es el del estilo. Todos tenemos ese dilema de por qué tenemos que ceñirnos a un solo estilo, por qué no pueden ser igualmente válidos distintos estilos que hagamos… pero es un tema muy sencillo. Uno puede tener todos los estilos que quiera, pero tiene que saber defenderlos como si fuera el único que tiene. Y cuando muestre un portafolio a una editorial por ejemplo, es lógico que esa editorial quiera ver un estilo único y reconocible, porque al fin y al cabo necesita confiar en que tú vas a ser capaz de realizar muchas ilustraciones con un mismo lenguaje visual, técnica, composición, línea..., que además se asocie a ti, ya que en muchos casos, ese es el gancho, el estilo reconocible del ilustrador que contratan en cuestión.

Así que aunque tengamos varios estilos o lenguajes distintos, tenemos que saber decidir cuándo y dónde mostrarlos, y mostrar un único estilo cada vez.

Nunca se deben mezclar. Esto es muy importante.

#3 CONTEXTUALIZA TU TRABAJO

En la mayoría de los casos, las ilustraciones van acompañadas o enmarcadas por un texto, por lo que es muy conveniente demostrar que sabemos trabajar los espacios y ubicar los textos dentro de las ilustraciones o las ilustraciones dentro o al lado de los textos. Si en cambio es ilustración para producto, es conveniente hacer un montaje realista para que se visualice cómo quedaría. Cualquier esfuerzo para acercar la ilustración a un trabajo final se agradecerá, porque se podrá analizar de manera mucho más directa la funcionalidad de tu trabajo.

#4 LLEVA UN PROYECTO MAQUETADO, ACABADO O EDITADO

Si tienes un proyecto maqueado, con algunas ilustraciones finales, es muy interesante que lo lleves y lo muestres, ya que, siendo realistas, las editoriales prefieren ver proyectos cerrados porque así la decisión es más sencilla. Lo editan o no lo editan. En cambio cuando mostramos ilustraciones sueltas, tienen que pensar con que escritor o proyecto te casan para poder editar algo por lo que es un proceso más largo, así que si les llevamos cosas acabadas, les facilitamos el trabajo.

Por otro lado, llevar trabajos ya editados demuestran tu experiencia y tu capacidad de resolver un encargo completo.

#5 TEN A MANO ORIGINALES O BOCETOS

Un complemento muy atractivo para mostrar son los originales y los bocetos, ya que en muchos casos nuestro trabajo acaba terminándose con herramientas digitales y gusta mucho ver la "mano" del ilustrador y el proceso de trabajo. Además no se transmite lo mismo con una ilustración impresa que con una original, así que siempre está bien tener alguna muestra a mano por si hay interesados.



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