Presentación del libro ilustrado por Chema Agustín

 

El martes 2 de diciembre, a las 19:00h en la sala Pilar Sinués del edificio Paraninfo de la Universidad de Zaragoza, tendrá lugar la presentación del libro Aragón en la historia (Tomo II) de Alberto Sevilla y Chema Agustín.

ARAGÓN EN LA HISTORIA

Segundo de los cuatro tomos que completarán este recorrido por Aragón en la historia, con textos del historiador Alberto Sevilla Conde y numerosas ilustraciones de Chema Agustín, autores que vuelven a compartir proyecto tras su exitosa Baraja aragonesa ilustrada (Prames, 2020) y Aragón en la historia. Tomo I. (Prames, 2024)

Esta segunda entrega abarca el período desde la fundación de Roma a las invasiones bárbaras.

El Aragón que conocemos es el resultado de un largo proceso histórico en el que un conglomerado de tierras, gentes y culturas acabaron fundidas en un ente con personalidad propia como es nuestra tierra. Pero no siempre ha sido así. Por eso, en esta publicación, Aragón tiene un significado meramente locativo de las tierras que, en la actualidad, reciben este nombre. El término parece que procede de un vocablo preindoeuropeo derivado de la voz arga –aunque para algunos tendría un origen céltico–; sin embargo, la primera vez que las fuentes mencionan «Aragón» es en el año 828, y lo hacen para referirse al territorio pirenaico delimitado por los ríos Aragón y Aragón Subordán. Allí, en torno al siglo IX, se fraguó una primitiva comunidad política –de apenas seiscientos kilómetros cuadrados–, organizada como un condado y sometida a la tutela del mundo carolingio. En la siguiente centuria, pasó a depender del reino de Pamplona; después, ya independiente, se configuró como reino y, más tarde, como el estado principal de un vasto conjunto de territorios bajo la jurisdicción de los reyes de Aragón. La Corona de Aragón, que llegó a ser una de las potencias más importantes de la Europa medieval y que acabó por entrar en declive durante la Edad Moderna para desaparecer, definitivamente, con los Decretos de Nueva Planta (1707-1711).

En este segundo volumen abordamos el proceso en el que iberos, celtíberos y vascones, a pesar de su inquebrantable y férrea resistencia, no pudieron sino claudicar ante el arrollador avance de las legiones. Estas tierras quedaron bajo la órbita de Roma hacia el año 143 a. C.; desde entonces, y a lo largo de seis centurias, nuestra historia corrió paralela a la suya. Sin embargo, este largo periodo también tiene sus luces y sombras: un tiempo en que el territorio aragonés fue testigo tanto de sangrientos conflictos y brutales saqueos como de un intenso proceso de integración y aculturación; y en el que el Ebro, que separó las áreas de influencia de las dos grandes potencias del Mediterráneo occidental, fue testigo de la penetración del invasor hacia el interior y escenario de las guerras entre romanos. Después, con la Pax Romana, llegó la fundación de colonias –primero Lepida Celsa, luego, Caesaraugusta– y el asentamiento de veteranos, la promoción municipal y de sus élites, el latín, las leyes, las calzadas, y un sinfín de infraestructuras y obras monumentales que transformaron el paisaje para siempre; también nuevos dioses, modas y costumbres. Tiempo después llegó la crisis económica, el declive de las ciudades y del comercio; la expansión del cristianismo, las persecuciones, los mártires y las primeras herejías; también los bagaudas, los usurpadores y, finalmente, los bárbaros. Y nuestra tierra no sólo fue testigo, sino también protagonista de estas profundas transformaciones.

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