FUENTE: A.C., BABELIA, 02-12-2006
Editoriales, librerías especializadas y autores parecen estar de acuerdo en el buen momento por el que atraviesa el libro ilustrado. En un mundo dominado por la cultura visual, la creatividad de los ilustradores en equilibrio con textos de gran contenido, unido a la cuidada edición y a formatos innovadores, han dado como resultado un nuevo auge del álbum. La aventura, la recuperación de los clásicos, los textos rimados, los idiomas añadidos o el descubrimiento de otras culturas se cuentan entre las tendencias actuales. "Todavía se trata de una parcela pequeña que tiende al alza", argumenta María José Gómez Navarro, de Edelvives. En la Feria de Bolonia del año pasado se enamoró de Princesas, un álbum imponente ilustrado por Rébeca Dautremer. Los primeros 10.000 ejemplares se agotaron antes de las Navidades y, a estas alturas, las ventas ya han superado las 30.000 copias de un libro lleno de rasgos de humor y de pequeños juegos que cuesta 23 euros. Más de la mitad de su catálogo lo componen traducciones. "Una obra de creación de este estilo supone una gran inversión, por eso recurrimos a libros testados", añade Gómez.
Isidro Ferrer, fundador en 1998 de Media Vaca, editor de libros atípicos y muy ilustrados, que ha hecho de la precariedad una virtud, se mueve en otro registro. "Decidí hacer los libros que no encontraba en el mercado y los que mis amigos querían hacer", dice. Sus visitas a la Feria de Bolonia, donde ha recibido varios premios, no se centran en intercambiar textos y autores. Él, que antes fue ilustrador, tiene una forma especial de contar cosas. Todo su catálogo cumple unas características determinadas: impreso a dos tintas, siempre con tapa dura, papel reciclado y formatos de 18,5 por 23 centímetros. Cada volumen supone un proyecto que surge a través de ideas propias o hablando con la gente y cuyo resultado final puede sufrir muchas variaciones en el camino.
Editoriales, librerías especializadas y autores parecen estar de acuerdo en el buen momento por el que atraviesa el libro ilustrado. En un mundo dominado por la cultura visual, la creatividad de los ilustradores en equilibrio con textos de gran contenido, unido a la cuidada edición y a formatos innovadores, han dado como resultado un nuevo auge del álbum. La aventura, la recuperación de los clásicos, los textos rimados, los idiomas añadidos o el descubrimiento de otras culturas se cuentan entre las tendencias actuales. "Todavía se trata de una parcela pequeña que tiende al alza", argumenta María José Gómez Navarro, de Edelvives. En la Feria de Bolonia del año pasado se enamoró de Princesas, un álbum imponente ilustrado por Rébeca Dautremer. Los primeros 10.000 ejemplares se agotaron antes de las Navidades y, a estas alturas, las ventas ya han superado las 30.000 copias de un libro lleno de rasgos de humor y de pequeños juegos que cuesta 23 euros. Más de la mitad de su catálogo lo componen traducciones. "Una obra de creación de este estilo supone una gran inversión, por eso recurrimos a libros testados", añade Gómez.
Isidro Ferrer, fundador en 1998 de Media Vaca, editor de libros atípicos y muy ilustrados, que ha hecho de la precariedad una virtud, se mueve en otro registro. "Decidí hacer los libros que no encontraba en el mercado y los que mis amigos querían hacer", dice. Sus visitas a la Feria de Bolonia, donde ha recibido varios premios, no se centran en intercambiar textos y autores. Él, que antes fue ilustrador, tiene una forma especial de contar cosas. Todo su catálogo cumple unas características determinadas: impreso a dos tintas, siempre con tapa dura, papel reciclado y formatos de 18,5 por 23 centímetros. Cada volumen supone un proyecto que surge a través de ideas propias o hablando con la gente y cuyo resultado final puede sufrir muchas variaciones en el camino.
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