Nació como una historieta suelta, sin vocación de continuidad, pero Cuttlas está a punto de cumplir 30 años con los lectores españoles, que ahora pueden repasar las aventuras del entrañable 'cowboy' en 'Cuttlas integral', dos volúmenes recopilatorios editados por Glénat.
«Comencé a publicar sus historietas en 1983. Fueron Miguel Gallardo y Juan Mediavilla, entonces directores artísticos de la revista 'Makoki', los que se fijaron en mis cómics y me sugirieron hacer de Cuttlas un personaje mensual», señala Eduardo Pelegrín 'Calpurnio', padre de la criatura.
Realizado con cuatro trazos, este monigote ha vivido miles de aventuras. «Al principio era un personaje del lejano Oeste. Después de su primera muerte, supimos que en realidad había fallecido en una película y, durante un año, fue un actor de cine de éxito, forrado de pasta en su enorme mansión de Beverly Hills», apunta Calpurnio (Zaragoza, 1959).
«Perdió todo su dinero y vivió tres años como un 'homeless'. Más tarde regresó de nuevo al Oeste, y ahora se encuentra en un espacio abstracto en el que todo vale», añade el dibujante, que no recuerda los orígenes del nombre de su muñeco. «Creo que es el apodo de un secundario que escuché en una vieja película, un 'western'. Mucho después de empezar las historietas, supe que Moebius tenía un personaje, un vaquero, llamado Jim Cutlass. Tal vez lo había leído y el nombré me quedó grabado...», confiesa.
Tras recorrer incontables lugares, Cuttlas puede presumir de una buena agenda de amigos, en la que se encuentran Juan Bala, Extraterrestre 37 o la adorable Mabel, la única que parece ponerle nervioso. «No hubo ninguna intención consciente a la hora de crear los personajes secundarios. Aparecían en un cómic, inicialmente para una sola página, y algunos de ellos permanecían. Así han surgido los acompañantes de Cuttlas durante todos este tiempo», asegura Calpurnio.
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