Gabriel Pacheco: “Bécquer son esas corrientes internas de un océano muy profundo del que se escucha solo su rumor”


“Poesía eres tú” es la propuesta que edita Edelvives con rimas y leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer. Este libro, preparado por el poeta Juan Cruz Igerabide, brinda una selección de sus mejores rimas y cuatro de las leyendas populares recreadas por Bécquer por medio de atmósferas mágicas y pintorescas descripciones. Esa misma estética romántica, combinación de emoción y escalofrío, de ideal y tormento, palpita en las ilustraciones de Gabriel Pacheco.
Para este ilustrador, “Bécquer es un poeta intimista, de una voz que se tiene que decir en susurro. Literalmente es así, es entender que las voces tienen siempre su ámbito de voz. No es lo mismo gritar que hablar, ni tampoco hablar que decir. Igualmente aquí, Bécquer me sugiere eso que decimos en silencio, como cuando nos enamoramos y todo lo que soñamos lo decimos para nosotros mismos. Es esa voz que siempre tenemos en sigilo, como un secreto. Leer a Bécquer tiene que ser así, sin decir las palabras y escucharlas en silencio”.
El contacto con Bécquer es anterior a esta publicación, nos cuenta Gabriel, que reconoce que sí que lo conocía, pero que lo conocía mal. “Lo había leído en la escuela o lo había escuchado en voz de otro. Creo que era no conocerlo, porque decir la poesía de Bécquer en voz alta es perder gran parte de su belleza. Ahora creo que lo leeré para siempre de otro modo. Igual al final tendría que decir que no lo conocía. Siempre digo que dibujar es una forma de conocer las cosas, incluso las palabras. Y con este proyecto, ahora sé que Bécquer son esas corrientes internas de un océano muy profundo del que se escucha solo su rumor”.
Las ilustraciones que Gabriel Pacheco preparó para esta edición, realizadas con lápiz, acrílico y tintas, “intentan hacer un universo con el cuerpo, elaborar una metáfora con las figuras, como si fueran mares, mares que son nuestra intimidad. Por ello las figuras insistentemente, por ello la línea que es la que intenta establecer las tormentas, los alivios, las calmas, el oleaje mismo. Por eso el uso de pocos elementos, para enfatizar las tensiones y las distensiones de los músculos. Por eso juego con detalles tan sugerentes como la mancha o incluso peces u hojas, o la mano doblada o la mano abierta”.
“Yo intento que sean paisajes internos del alma que dibujan un mar. Como huellas de algo que se dice y que queda como piel. De ahí los colores, las líneas o la tinta siempre sobre el cuerpo. Todo el discurso que intento elaborar es sobre la línea que dibuja el cuerpo de los personajes, una especie de mares que se abrazan y se abandonan. Realmente no elaboré escenas fuera de ellos, más bien todo el discurso esta dentro de sus cuerpos”.
¿Es más fácil o más difícil ilustrar poesía frente a otros textos? ¿O simplemente es distinto?

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