La letra, con dibujo entra


Más que una noticia, toda una realidad. El gran Gatsby, Veinte mil leguas de viaje submarino, Grandes esperanzas, El fantasma de Canterville, Del enebro, Hermanito y hermanita… En realidad, la multitud de libros ilustrados para adultos que reposan sobre las mesas/estanterías de las librerías –aún más en estas fechas navideñas– no es una noticia sino una realidad: el género vive una época dorada.

Retrocedamos en el tiempo. “A principios de 2004, cuando editamos La metamorfosis de Kafka, la oferta era prácticamente inexistente”, relata Fernando Diego García de la editorial Libros del Zorro Rojo. Por entonces, a quienes les interesaba la obra ilustrada tenían que conformarse con el álbum infantil. “Que en muchas ocasiones, aunque parecía para niños, por su temática, autor e ilustrador, convocaba a lectores de todas las edades. En estos álbumes la ilustración no era un mero acompañamiento, como sucedía en muchos otros libros juveniles e infantiles, sino que dialogaba con el texto para construir un significado. Y en parte ellos han sido los que han facilitado la emergencia del libro ilustrado para adultos”.

“El lector que valora el libro como objeto permanece”, cree Diego Moreno
 En los noventa, cuando Noemí Villamuza empezaba en el oficio, la ilustración infantil, dice, era la reina absoluta. “Sin embargo, ahora los álbumes para niños tienen una vida breve en el mercado y son los libros para adultos los que cada vez cobran más fuerza”. Diego García lo certifica: “Se ha conseguido que estos títulos no se vean como libros de regalo o adicionales. Se ha logrado transmitir que una obra clásica interpretada por un artista plástico es una obra inédita, y el lector ha reaccionado con interés”.

Y con sorpresa, reconoce Fernando Diego García, reaccionaron ellos ante el creciente interés de los lectores. “El auge de las obras ilustradas coincidió con la maduración de nuestro catálogo, pero también con la crisis del sector”, justifica. Y es que así están las cosas: entre 2008 y 2011 el sector editorial ha disminuido su facturación en más de un 16%, regresando a niveles de actividad de 2002, según el estudio Comercio Interior del Libro en España 2011 realizado por la Federación de Gremios de Editores de España. Los datos de 2012 aún no están disponibles, pero se calcula que el descenso rondará el 10%.

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