Como Fabrizio Petrossi hay pocos en el mundo. ¿Cuántos exactamente? Desde Disney no ofrecen datos, ni estimaciones; prefieren el misterio: “Son poquísimos”. Se refieren al puñado de ilustradores autorizados oficialmente por la compañía a dibujar Mickey Mouse y que, además, dan clases a los diseñadores y animadores del futuro. “Sí, no somos muchos. Pero, por favor, no pongáis que soy el único”, suelta el artista napolitano, en Madrid para presentar el regreso del mítico ratón a la gran pantalla. Tras 85 años de ausencia, Get a horse -un cortometraje de toque vintage que acompañará las proyecciones de otra película de Disney que se estrena hoy, Frozen-devuelve a Mickey al cine y al blanco y negro.
En realidad, Petrossi también aprovechó la visita a España para ofrecer a un grupo de niños una clase magistral para aprender a dibujar Mickey Mouse como Dios –perdón, Disney- manda. Y lo mismo ha hecho el dibujante para EL PAÍS, en el vídeo que acompaña este artículo. “Para mí, sigue siendo el personaje más difícil de diseñar. Basta con poco para que se vuelva de plástico, un maniquí. Hace falta conocerle y respetar su personalidad para retratarle de manera correcta”, aclara Petrossi, que también dibuja a los más célebres amigos del ratón, así como al Pato Donald y toda su familia.
Lleva en ello desde 1995. Y se nota en cuanto coge el lápiz. La rapidez y sencillez de sus trazos desvelan una experiencia de millones de bocetos. Bastan tres, cuatro minutos y ahí está Mickey Mouse, con su sonrisa y sus calzones de toda la vida. Y con su alma, lo que para Petrossi es fundamental, hasta el punto de que cuando habla del personaje parece referirse a una persona de carne y hueso: “Mickey no es Superman, es uno de nosotros. Tiene aventuras a su pesar pero las afronta con actitud positiva. Es un héroe por casualidad”.
En su diseño, en cambio, el rol del azar se reduce bastante. “En el cómic tienes más libertad. En el dibujo tradicional hay unos modelos, por lo que tienes que seguir las reglas”, asegura Petrossi. Por ejemplo, el ratón debe medir unas tres cabezas, lucir un cuerpo oval y jamás de los jamases tiene cuello. En el vídeo, hallarán más pistas para desafiar al papel en blanco y dibujar a Mickey. Aunque, claro, tampoco es tan fácil. Si no, ¿para qué sus ilustradores serían tan pocos?
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