Hayao Miyazaki se ha ganado ya un lugar entre los mejores animadores del siglo XX, tanto por su talento en sí como por el lugar (acaso inesperado) que ocupó entre Japón y Occidente, estableciendo con sus largometrajes un puente de comunicación enigmático y aun así profundamente seductor. Quizá sobre todo porque nunca ha renunciado a la tradición de donde procede, Miyazaki entregó a la audiencia occidental películas que entretienen pero también desafían, emotivos rompecabezas que casi siempre nos dejan pensando en el posible significado de un símbolo (si acaso lo tiene) o en el sentido de una historia.
Ahora el director ha rebasado ya los setenta años y desde hace algunos meses anunció su retiro, poco antes del estreno de Kaze Tachinu, El viento se levanta, su versión del manga semibiográfico de Jiro Horikoshi, el ingeniero aeronáutico japonés más importante de la Segunda Guerra Mundial.
Hace un tiempo, el sitio Film School Rejects recuperó diversas entrevistas y declaraciones de Miyazaki para elaborar una lista 6 recomendaciones que el cineasta ha diseminado aquí y allá, indirectamente tal vez, pero que en cualquier caso expresan su estilo, aquello que quiere decir cuando hace una película.
A continuación compartimos los consejos, los cuales se podrían tomar como una especie de breviario de la inspiración y la creatividad que va más allá de lo cinematográfico. Sugerencias modestas para pensar el mundo desde otra perspectiva.
Conserva cierto escepticismo por los “logros” de tu época
[Miyazaki es ] un gran crítico de nuestra dependencia con la “realidad virtual” —los videojuegos, la televisión e incluso la animación. Cuando lo conocí, se quejó de cuánto en nuestra cultura es “endeble, superficial y falso”. También es un ambientalista, de un tipo un tanto oscuro y apocalíptico. Alguna vez dijo, no tan en broma, que esperaba el momento en que Tokio quedaría sumergido bajo el el océano y la torre NTV sería una isla, cuando la población se fuera en picada y no hubiera más rascacielos.
(Margaret Talbot habla sobre Miyazaki para The New Yorker)
Algunas cosas tendrás que construirlas, otras solo dejar que fluyan
[…] incluso en la animación, hay un flujo de acontecimientos que uno puede elegir aceptar en lugar de simplemente construir. Todo lo que se necesita es un poco de paciencia y capacidad de observar.
El arte siempre es político
El arte siempre es político porque todo acto humano lo es. Por eso es tan importante tomar conciencia de dicha posición. ¿A quién estamos apoyando tácita o francamente con nuestros actos?
En el caso de Miyazaki, casi todas sus películas reivindican a la mujer moviéndola hacia un lugar protagónico, desde donde decide, propone, lidera y es pieza fundamental de los acontecimientos.
No se trata de decir si una postura política es mejor que otra, sino solo recordar al artista que su obra tendrá inevitablemente un matiz político.
Conoce tus propias limitaciones
[…] a esta edad no puedo trabajar igual que antes. Si mi personal me puede relevarme y puedo concentrarme en dirigir, todavía hay algunas películas que quisiera hacer.
No olvides el valor de lo artesanal
[…] Es muy importante para mí conservar la relación correcta entre el trabajo manual y la computadora. He aprendido ese equilibrio ahora, cómo utilizar ambos y aun así ser capaz de calificar mis películas como de 2D.
Fuente: New Yorker
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