McDonald's sustituye sus juguetes por libros en sus establecimientos de Nueva Zelanda
¿Qué prefieres, una Matilda o un Charlie para acompañar tu hamburguesa con patatas?
Esta es la pregunta que les hacen a los niños en los McDonald's de Nueva Zelanda. Allí, han decidido abandonar los clásicos juguetes de la series infantiles de moda e introducen en sus cajas de Happy Meal versiones abreviadas de las obrasde Roald Dahl, según informa The Independent. Títulos como Fantabulous BFG, Amazing Matilda y Lucky Charlie Bucket, son versiones abreviadas de los cuentos clásicos de Dahl creadas especialmente para el programa de McDonald's 'Happy Meal Readers'. Los libros también contienen pegatinas y actividades para que los niños las completen.
Según The Atlanta Journal-Constitution, McDonald's planea repartir 800.000 libros en el transcurso de seis semanas.
Jo Mitchell, directora de mercadeo de McDonald's Nueva Zelanda, dice que el programa de lectura global está diseñado para acercar a los niños a la lectura. Además, la nostalgia que rodea a los libros de Dahl también atrae a los padres. "Los personajes de Roald Dahl son con los que muchos padres han crecido. Es fantástico poder presentarselos a una nueva generación", dijo Mitchell a The Independent.
No obstante, esta no es la primera vez que McDonald's ha incorporado libros a sus menús infantiles. El programa 'Happy Meal Readers' ha repartido unos 450 millones de libros desde su lanzamiento en 2001. Suecia fue el primer país en implementar el programa, y los puntos de venta de McDonald's en Nueva Zelanda participan del mismo desde hace una década. En Malasia existe un programa similar en el que los niños pueden elegir entre un juguete o un libro de la autora inglesa Cressida Cowell (autora de Cómo entrenar a tu dragón).
El año pasado, McDonald's anunció que planeaba expandir su programa de lectores a más de 100 mercados durante 2019. La iniciativa de McDonalds ─que, principalmente, busca crear una imagen de marca comprometida con la infancia─ puede acercar al mundo de los libros a muchos niños que de otra manera no tendrían acceso a él, Sin embargo, ¿qué repercusión tendría en el mercado de habla hispana?
Al contrario de lo que puede parecer a simple vista, ninguno de los países de lengua española se encuentran en la parte alta del ranking de consumo de comida rápida. Sin embargo, los niños y adolescentes son los más propensos a consumir este tipo de alimentos.
¿Es este un buen método de promoción de la lectura? O, simplemente, ¿es una estrategia de la multinacional americana para hacer más atractivos sus productos a los padres?
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