«Curiosamente el título de la exposición, ‘Latir’, ya lo tenía en la cabeza bastante antes de la pandemia y ahora creo que ha cobrado más sentido todavía. Mis últimos trabajos quieren representar el pulso, la intensidad del latido, la celebración de la vida», dice Eva Armisén (Zaragoza, 1969) de la exposición que se inauguraba ayer en la galería A del Arte.
Llevaba cuatro años sin exponer en Zaragoza. ¿Qué ha pasado en este tiempo en su vida?
Muchas cosas. A nivel profesional he tenido la suerte de poder experimentar formatos muy diversos y he hecho las dos exposiciones más completas sobre mi trabajo que están itinerando por Asia. A nivel personal también ha sido un periodo intenso, me han pasado muchas cosas que me han hecho conectar más con la vida.
Quisiéramos saber algo más...
Ja, ja, ja. Me he trasladado a Barcelona, a Gracia. Acabo de estrenar estudio nuevo y una casa modernista para vivir, preciosa, algo que me parece increíble.
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