De los trece porfolios que fueron seleccionados como finalistas, el de Natalia Martín Ranera (Madrid, 1994) fue elegido ganador por unanimidad. El jurado estuvo integrado por la jefa del departamento de Diseño y profesora de proyectos de ilustración en Artediez, María José Aoiz; la especialista en ilustración Teresa Durán; el ilustrador Javier Zabala; Llanos de la Torre (secretaria), y varios miembros del Grupo Edelvives: el director de Arte Fernando Agresta; la directora de Ediciones Rosa Luengo y la jefa de Ediciones de Literatura Violante Krahe, que ejerció como presidenta.
Natalia Martín Ranera estudió Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid. Completó su formación con un máster en Diseño y Dirección Artística en la escuela Trazos de Madrid. Asimismo, realizó también un máster en Producción Artística en la universidad Politécnica de Valencia, ciudad en la que reside. Ente sus logros, cabe destacar que fue seleccionada en el Certamen de Jóvenes Creadores de la Comunidad de Madrid y en la Exposición Babalunga i Kamalongos de la Feria Ilustrada de Babakamo en Valencia.
De su obra, el jurado destacó «el uso de un lenguaje simbólico que se sirve de los objetos para narrar los estados psicológicos de los personajes», así como su capacidad para construir «distintos niveles de lectura» que invitan al lector «a reflexionar más allá de las meras formas y colores». También el jurado quiso señalar su «magnífico uso de la paleta de color y el dominio de una técnica que recurre al impacto de la extrañeza para captar la atención del observador».
Para Natalia, el premio ha supuesto una grandísima alegría, tras dos años muy duros en los que ha perdido a su padre y su madre, «dos seres magníficamente humanos que precisamente me transmitieron ese amor tan grande que llevo dentro por el arte y la literatura». La ilustradora ha descrito la emoción de recibir el premio como «la primera flor de primavera tras un invierno lleno de mucho dolor, esfuerzo y tenacidad».
El jurado, por otra parte, decidió conceder además una mención especial al trabajo de Christa Soriano Michel, una artista barcelonesa, con gran capacidad —según afirmó el jurado— para trabajar «las figuras y los espacios en una propuesta coherente y sólida».
El Premio Internacional de Ilustración Edelvives reconoce este año la obra de dos jóvenes creadoras, cuyas obras esperamos ver en muchos libros a partir de ahora.
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