Aragón es tierra de promisión y de acogida. El rosarino -“como Messi”, solía decir-, Javier Hernández Muñoz (1969-2023) lo comprobó. Le costó encontrar su sitio en el mundo: tras estudiar y descubrir la pulsión del dibujo y la pintura, se trasladaría a Barcelona y, finalmente, a Huesca, que era la provincia de su abuelo Jacinto. Y allí, tras haber hecho bastantes cosas, en el teatro y en un montón de ocupaciones, recuperó su verdadera vocación: el dibujo, la ilustración, los libros (propios y ajenos) y la edición. Se enamoró de la violinista Raquel Sobrino y se instaló en Siétamo, donde plantó su caballete, su mesa de dibujo y empezó a desarrollar su mundo.
Falleció demasiado pronto en julio de 2023, tras recibir dos premios al libro mejor editado de Aragón. Primero por una edición en bilingüe, dibujada por él, ‘El espantapájaros’, y luego con ‘Elucidario del silencio’, un volumen que emulaba el mundo y la sensibilidad de Albert Skira. El dibujante y humorista David Vela hizo un trabajo excepcional, en la selección de textos y en la incorporación de dibujos suyos al que Javier le dio cabida en su editorial Libros de Ida y Vuelta. Era la primera vez que publicaba un libro completamente ajeno a él y a su incorporación gráfica.
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