Kevin Johansen y Liniers: “Los rockeros se han convertido en los tangueros clásicos cuando se quejaban de los jóvenes”


La de Kevin Johansen y Liniers, este miércoles en Apolo, es la actuación de un cancionista y un señor que pinta, un encuentro de la música y el arte plástico que maneja tanta disciplina como humor y que se abre a lo imprevisto. “La música contiene imágenes y el arte visual grita a veces, y hace ruido, y tiene armonía. Un cuadro de Baco es ruidoso y Matisse o Picasso tienen armonía y melodía”, observa el cantante-guitarrista, que estableció ese tándem ocasional con el pintor e ilustrador en 2009. La primera vez fue en Venezuela. “Y cuando terminamos, le dije a Ricardo que tengo que aprender que la risa también es una forma de aplauso”.

¿Pero cómo se come eso del concierto con el ilustrador al lado? Ricardo Siri, Liniers, se vale de “papel, acrílicos y pastel al óleo, crayones aceitosos, más una dosis de pánico”, bromea, para acompañar cada canción con un dibujo hecho en el acto. “Una canción dura cuatro minutos, y al minuto cuarto tengo que haber terminado el dibujo. Y aunque son dibujos a los que les tengo mucho cariño, me parece lindo hacer un avión con ellos y tirárselo a la gente, que va recogiendo los avioncitos”, explica el autor de series de historietas, populares en Argentina, como ‘Macanudo’ (que se publicó semanalmente en EL PERIÓDICO entre 2007 y 2009). Con Johansen, su trabajo ha ido de ilustrar sus discos a establecer este tándem heterodoxo ante el público. Una alianza que amplía significados. “Conjugar dos disciplinas en un escenario es algo que completa lo que quiero decir”, añade Kevin Johansen.

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