"Si en Teruel te mueres de amor, en Rubielos resucitas de encanto"


1. ¿Qué hace un escultor y director del Museo Salvador Victoria en verano?
-Un poco de cada cosa. Terminando una escultura para un trofeo y preparando la próxima exposición del museo. A parte de eso, estar más tiempo con la familia y los amigos.

2. ¿Dónde suele veranear?

-Llevo unos años que no salgo del triángulo Teruel-Madrid-Valencia. A ver si pillo una mediatriz pronto…

3. ¿Es de playa, de montaña, de ciudad o de pueblo?

-Urbanita con escarceos de mar. Y si es del mar Cantábrico, mejor que mejor.

4. ¿Por qué? Lo dice alguien que reside desde hace años en Teruel y trabaja en Rubielos de Mora. ¿Cuál es el encanto de ambos lugares?

-Porque de pequeño viví en Portugalete, en la entrada de la ría de Bilbao, y un poco de mar Cantábrico se me quedó dentro. Es mi mar de referencia. El encanto de Teruel está en el tiempo. Es un palimpsesto de tiempos congelados: miras a la derecha y te sorprende el modernismo, miras a la izquierda y te saluda el mudéjar, hurgas en el suelo y aparece un fémur de dinosaurio, miras al limpio cielo estrellado de la noche y crees estar en medio del Big Bang. Y todo sin moverte del sitio. El tiempo te cunde más que en cualquier otro lugar. Puedes vivir despacio y llegar a todo. El encanto de Rubielos está en todas partes: en sus calles, sus caserones, su entorno natural, su tranquilidad, su apuesta por la cultura. Si en Teruel te mueres de amor, en Rubielos resucitas de encanto.

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