Alfonso Zapico: «Soy muy artesanal, cada vez más; no quiero perder mi dibujo con plumilla y pincel»


Alfonso Zapico acaba de publicar El otro mar, un álbum en formato francobelga donde el asturiano nos introduce en la ruta que Vasco Núñez de Balboa realizó 500 años atrás. Desde Angoulême, donde reside desde hace unos años, el Premio Nacional de Cómic 2012 nos habla de este último trabajo, una auténtica aventura que le ha llevado hasta la selva panameña dándole la oportunidad de compartir el proyecto con creadores de otras disciplinas como la fotografía, el teatro, la música y la literatura, pero también nos cuenta cómo es su día a día, sus referentes y su evolución, su estilo y de su técnica, cómo ve la situación del cómic y nos da alguna recomendación.
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00 Alfonso Zapico retrato 280 Alfonso Zapico: «Soy muy artesanal, cada vez más; no quiero perder mi dibujo con plumilla y pincel»
La primera pregunta es obligatoria. Háblanos de El otro mar, tu nuevo proyecto. ¿Sigue las líneas de tus trabajos anteriores DublinésLa ruta de Joyce…? ¿O consideras que es un punto y aparte? El otro mar es una parada en mitad del camino del último proyecto, es una oportunidad que surgió este año en forma de viaje por la selva panameña, un laboratorio creativo que compartí con otros autores y que tiene como fruto obras de diferentes disciplinas artísticas: piezas teatrales, musicales, novelas, fotografías… y un cómic.
¿Repites con Astiberri? Sí, son mis editores desde Café Budapest, prácticamente desde el principio de mi carrera profesional, y sigo con ellos. Para trabajar con un editor lo más importante es la confianza: como yo confío en ellos puedo dedicarme por completo a la parte creativa, y esto es muy liberador.
¿Cómo ves tu evolución desde Café Budapest hasta este nuevo trabajo?Gráficamente he evolucionado bastante; no me considero un gran dibujante, pero es verdad que el trazo y el estilo son diferentes. Dublinés es una historia en aguada, con mucha documentación, mucho mimo en personajes y escenarios. La ruta Joyce es más libre, funciona como un cuaderno de viaje. El otro mar es un álbum de formato francobelga, vuelvo al color (que creo que le pega bien a esta historia) y el estilo de dibujo es amable pero cuidado. Y en lo que estoy ahora, La balada del norte, se nota mucho el cambio desde 2008: es un proyecto que cuida mucho los personajes, la época, los escenarios y sobre todo, los textos.
00 Alfonso Zapico el otro lado del mar Alfonso Zapico: «Soy muy artesanal, cada vez más; no quiero perder mi dibujo con plumilla y pincel»
En tus trabajos como DublinésLa ruta de Joyce hay una gran labor de documentación detrás. Háblanos de tu proceso de trabajo. ¿Cuántas horas dedicas a investigar, a diseñar los personajes, a bocetar, desarrollar un guión…? ¿En qué apartado te sientes más cómodo? La documentación es importante para mí porque sin ella no conseguiría meter al lector en la historia. Es como un rodaje de una película: necesito un tranvía, una calle adoquinada, farolas de hierro forjado, un montón de extras a la moda de la época, edificios de ladrillo rojo… Con libros de fotografías e internet construyo el escenario, en el que luego meto a mis protagonistas.
¿Cómo definirías tu estilo? Mi estilo es muy sencillo, muy clásico. Mi dibujo es muy libre, nada realista, no me interesa conseguir una perspectiva perfecta del espacio, sino crear una atmósfera creíble. Y mi narrativa es como el dibujo, sin alardes ni experimentación. El énfasis lo pongo en el mensaje que quiero transmitir con mis historias, y en los escenarios, bien documentados y trabajados.
¿Tus referentes? Mis referentes son muchos. Sin distinción geográfica, me gustan los buenos contadores de historias: Etienne Davodeau, Eddie Campbell, Paco Roca…
Y tus herramientas de trabajo, ¿cómo prefieres dibujar ‘a pelo’ a lápiz y pincel o directamente al ordenador? Soy muy artesanal, cada vez más. Es mi rebeldía a comprarme una Cintiq, no quiero perder mi dibujo con plumilla y pincel, mis texturas a aguada, mi lápiz azul en el bloc que luego repaso con rotulador. El ordenador es la segunda parte del trabajo: escaneo todo, inserto textos, limpio errores y a veces meto capas de textura digital para el color. Pero conservo el espíritu de entintado y suciedad que me gusta.

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