jun 29, 2015
En España los ilustradores somos como estrellas fugaces. Muy pocas veces se nos reedita o se recuerda nuestra presencia oficialmente en este mundo que ansía la novedad, brillamos mientras pasamos, con más o menos fulgor, y volvemos al silencio hasta el próximo giro del planeta y la próxima lluvia de Perseidas. Solamente aquellos que han visto nuestro brillo y se han quedado con él, mantienen vivo el recuerdo hasta el siguiente verano, hasta el siguiente paso por el cielo, hasta el siguiente trabajo.
Esta mañana con mucha tristeza nos hemos enterado del fallecimiento de Patricia Garrido Arsuaga, una de nuestras socias más activas. Tenía 52 años y aunque llevaba tiempo luchando con su enfermedad y ganándole batallas, esta vez no ha podido ser. Patricia se dedicaba a otras cosas antes de ser ilustradora, había estudiado Derecho y también llegó a ejercer pero un buen día decidió dejarlo todo y dedicarse a ser ilustradora, que era lo que realmente le apasionaba.
En sus comienzos coincidió con la también ilustradora Asun Balzola y durante varios años trabajó en su estudio ilustrando libros infantiles y todo tipo de materiales gráficos. Pero dónde realmente disfrutaba y dejaba volar su talento era impartiendo talleres para niños, le encantaban las tijeras, el papel y los recortes y eran muy conocidos sus teatrillos de cartón. Todos aquellos que la conocieron coinciden en que Patricia era una persona encantadora, con una versión de la realidad curiosa, irónica y muy viva. Y aunque era una persona discreta, de actividad silenciosa, eran muchas las personas, compañeros y público, que la conocían y la apreciaban. Como una pequeña estrella.
Muchos de vosotros sabéis que uno de nuestros proyectos futuros es construir una biblioteca de consulta para los socios profesionales y estudiantes con las revistas, fanzines, libros y materiales que tenemos en fondo en la sede de APIM y que nos van llegando desde otras asociaciones y editoriales. Hace unas semanas, Patricia se puso en contacto con nosotros para darse de baja por motivos de salud. Nos decía que no podía seguir ilustrando y que prefería dejar la Asociación pero a cambio, quería donarnos una colección de revistas y publicaciones sobre Literatura Infantil y Juvenil e Ilustración que tenía en casa para que no terminasen desperdigadas o destruidas y que otros compañeros pudieran disfrutarlas como había hecho ella. Una muestra más de su personalidad.
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