Edvard Munch, mucho más que “El grito”


Las leyendas que acompañan a los creadores de cualquier ámbito pueden estimular el interés por sus obras y prolongar el halo de su conocimiento a través del tiempo, pero también es cierto que esas leyendas pueden convertirse en una especie de corsé que les llega a encasillar tanto que impide una comprensión más amplia de sus trayectos. Pensaba en esto mientras visitaba la exposición Edvard Munch. Arquetipos, en el Museo Thyssen-Bornemisza, y me daba cuenta de lo poco que conocía a un artista al que siempre asociaba con un cuadro mítico, El grito. El grito y toda la leyenda a su alrededor. El paseo por las salas, dispuesto el recorrido de tal modo que se convierte en un viaje intenso y sorprendente hacia paisajes desconocidos, pero también hacia escenas íntimas en las que reconocernos, con las que estremecernos, se convirtió para mí en todo un acicate para aproximarme, para profundizar en las aguas del artista noruego.
Señala el especialista Jon-Ove Steihaug en uno de los textos que acompañan el catálogo de la exposición que, efectivamente, El grito goza de tanta popularidad, que ha llegado a eclipsar el resto de la obra de Munch. “Se ha convertido en un símbolo universal de la angustia y la alienación del hombre moderno. Es llamativo y se entiende con facilidad, pero su fama –incrementada por varios robos y por los precios récord que ha alcanzado en las subastas– hace que se preste al comentario general y a su reutilización en la cultura popular en todas sus manifestaciones, desde el cine de terror hasta el cómic…”
Gracias a Sara Morante por el enlace. :)


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