El trabajo de un ilustrador puede enriquecer cualquier tipo de proyecto, aportando una imagen exclusiva y diferencial. A la hora de reunirte con un ilustrador para contratar sus servicios no olvides estos consejos.
Todos saldréis beneficiados.
SE SINCERO, NO OCULTES INFORMACIÓN
Explica todos los detalles del proyecto, no trates de simplificarlo y resumirlo como algo sencillo y rápido de hacer. Explica quién es el cliente final y el objetivo del proyecto. Los honorarios del ilustrador serán un porcentaje de los beneficios que produzca su trabajo, por lo tanto para hacer un presupuesto correcto el ilustrador debe conocer todos los datos para tener una idea ajustada de la amplitud del proyecto: número de ejemplares a imprimir, precio de venta al público del producto final, alcance de la campaña, ámbito territorial, medios en los que aparecerá, cliente final, duración de la campaña, etc. Todos estos datos evitarán malos entendidos a la hora de utilizar las ilustraciones para un uso que no estaba contemplado inicialmente.
INFÓRMALE SOBRE EL PRESUPUESTO DEL QUE DISPONES
Si ya sabes qué presupuesto tienes para el proyecto, hazlo saber al ilustrador. Le ayudará a concretar el abanico de posibilidades y a ofrecer un servicio ajustado al presupuesto.
PLAZOS DE ENTREGA
Concreta con el ilustrador los plazos de entrega. Os ayudarán a ambos a involucraros en el proyecto a la vez y el trabajo será más fluido.
FORMAS DE PAGO
Es común que el ilustrador cobre un porcentaje del proyecto al inicio del mismo. Esto es positivo para ambos: el cliente se involucra más en un proyecto por el que ya ha pagado, y el ilustrador tiene recursos económicos para afrontar un proyecto largo.
Pagar a más de 60 días no es legal.
FIRMA UN CONTRATO
La firma de un contrato es un acuerdo escrito en el que ambas partes saldrán beneficiadas, ya que en él quedan reflejadas todas las características del proyecto y será de gran ayuda para evitar malos entendidos futuros.
SI PIDES UNA PRUEBA, PÁGALA
Normalmente no será necesario pedir una prueba a un ilustrador profesional, ya que al contratarlo, se supone que conoces el tipo de trabajo que hace.
Si fuera necesario pedir una ilustración de prueba antes de comenzar el proyecto, el ilustrador debe cobrar esa prueba.
Una prueba es un encargo como cualquier otro, que requiere trabajo, tiempo, documentación, plazos de entrega… y debe cobrarse como tal.
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