El álbum ilustrado, una nueva forma de arte


En la década de los años 50 y 60 comienza a tomar forma un nuevo estilo de producción literaria favorecido por los avances en la tecnología de la impresión y caracterizado por la expresividad de su contenido gracias a la unión de texto e imagen. La ilustración, relegada a otros ámbitos artísticos, se abre camino en la industria editorial a grandes pasos, cohesionándose con la narración en busca de una nueva forma de arte.

Ilustración de Maurice Sendak

Autores como Maurice Sendak, Eric Carle o John Burningham abren la puerta hacia una novedosa forma de narrativa, donde la imagen cobra un papel protagonista. Obras como Donde viven los monstruos o La pequeña oruga glotona marcan el comienzo de un boom productivo para terminar convirtiéndose en auténticos clásicos de la literatura infantil y juvenil. Un camino que continuaron en España ilustradores de la talla de Miguel Ángel Pacheco, Miguel Calatayud, Carme Solé y otros tantos profesionales del dibujo.

Desde entonces, hemos visto como este género mantenía su tendencia alcista en cuanto a producción y ventas se refiere. Su difusión en librerías se ha incrementado hasta tal punto que ha terminado por convertirse en una de las principales fuentes de ingreso para muchas, surgiendo incluso locales especializados para esta clase de producto.

Como si de una pasarela de moda se tratase, los libreros han vestido sus establecimientos con las últimas tendencias. Los colores, los trazos y el olor a tinta recién impresa desfilan entre las estanterías haciendo gala de sus mejores costuras: encuadernaciones de lujo, papel de alta calidad, diseños innovadores… son algunas de las características que definen este nuevo formato.


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